jueves, 10 de marzo de 2011

Entrevista a Robert Kiyosaki por Inversor Global I

Robert KiyosakiEl gurú de padre rico padre pobre revela en una entrevista exclusiva con Inversor Global los secretos que lo llevaron al éxito y porque descree de los productos financieros y la educación tradicional.


“Si uno está preparado para los malos momentos siempre le va a ir bien”


Es el autor de la serie de libros de educación financiera Padre Rico, Padre Pobre que vendió más de 30 millones de ejemplares en todo el mundo. Sus polémicas declaraciones y puntos de vista movilizaron a más de uno. Su filosofía no ve con buenos ojos la educación tradicional ni los productos de inversión tradicionales. En su visita a la Argentina, Inversor Global lo entrevistó en exclusiva.


Robert Kiyosaki estuvo una semana en la Argentina. En su gira local, además de visitar viñedos y cazar, su hobby principal, dedicó tiempo a explicar su filosofía entre los argentinos. El evento más importante tuvo lugar en el teatro Gran Rex de Buenos Aires donde realizó una conferencia ante 3.000 personas. En su apretada agenda se hizo lugar para charlar en exclusiva con Inversor Global de la educación financiera, la actual crisis y del futuro de los mercados.


¿Cuál es la dificultad mayor que encuentra cuando tiene que enseñar educación financiera?


Lo más difícil es el cambio de actitud. Lo que hice en Padre Rico Padre Pobre es transformar las cosas complicadas en simples, lo que no quiere decir que sea sencillo. Es fácil decir que no hay educación financiera en la Argentina ni en ningún otro lado del mundo, pero lo fundamental es saber cómo juntar dinero. Hay tres cosas fundamentales para hacer inversiones.


La más importante son los socios.


La segunda el financiamiento, utilizar capital o deuda, la mayoría de la gente usa el capital, pero a mí me gusta más la deuda.


El tercer punto es el gerenciamiento, que es otra clave muy importante.


Si alguno de los tres aspectos es malo, el proyecto o la inversión van a andar mal. Entonces, la explicación del éxito no tiene que ver con el proyecto sino que está relacionado con las personas. Muchas veces se culpa la inversión y no a uno mismo por la falta de habilidades que deberían tener.


¿Es más difícil aprender los aspectos técnicos de cómo invertir o cambiar la actitud o visión de cómo hacerlo?


La actitud es la que tiene que cambiar en la mayoría de las personas. No estoy hablando de las personas que le dan la plata a otros para que la inviertan, sino de los que arman la inversión de cero y esto es una cosa muy difícil. Si uno es bueno en eso, el retorno de la inversión puede ser muy grande y si es mala no hay renta alguna. Entonces, la actitud es que tengo que ser bueno en el armado de la inversión. Por eso, la clave está en el socio, el financiamiento y la gestión. Si las tres cosas son buenas es una muy buena operación, si no, no.


Existe la creencia de que la educación financiera en países como los EE.UU. es mucho mayor, ¿esto es real?


Primero uno tiene que definir qué entiende por educación financiera. Nosotros no la tenemos en el sistema escolar americano. ¿Qué hacen las escuelas? Por ejemplo, invitan a los banqueros, a los planificadores financieros o a los corredores de Bolsa para que eduquen, pero eso es venta de productos financieros, no educación financiera. Es muy difícil definir la discusión en estos términos. Nunca he visto ningún país que se oriente a dictar verdadera educación financiera en las escuelas. Pero los políticos no están bien educados financieramente ni tampoco los docentes. ¿Entonces, cómo vamos a cambiar si tenemos esas dos piezas malas?


Mucha gente piensa que su filosofía es muy difícil de aplicar en países en desarrollo como la Argentina o el resto de América latina. ¿Qué piensa de eso?


Es una cuestión de actitud. No es fácil en ninguna parte del mundo y es realmente algo muy feo que alguien te diga que no se puede o que la Argentina sea un problema. No tiene nada que ver con la inversión sino con la persona. Si uno no tiene buenos socios, ni armar las estructuras financieras ni gestionar, no puede hacer negocios en ningún lugar. Entonces le diría que es una persona perdedora, que no se ocupa de mejorar sus habilidades financieras y eso no tiene nada que ver con el país en el que viva.


¿Cuándo se dio cuenta de que su filosofía podía ser contada en un libro?


La filosofía lo es todo, tiene que ver con la actitud, que es fundamental, y la razón de que Padre Rico, Padre Pobre existiera es que mi padre pobre tenía una actitud pobre y su filosofía nunca lo iba a dejar ser rico. Él pensaba que los ricos eran malos y que no estaba bien cometer errores. Era docente, socialista y no quería que se cometieran errores. Mi padre rico decía “vivimos en la calle, no tengo la protección del Gobierno, tampoco la de un sindicato y entonces tengo que ser muy inteligente, más vivo que los demás y cuanto más lo sea, mejor voy a ser”. Y eso, por supuesto, es difícil.


¿Cuándo se dio cuenta de esa diferencia?


Todos los días hay una parte en mí que dice “es demasiado difícil y me estoy volviendo viejo. Ya tengo suficiente dinero”. Todos los días enfrento esa actitud y ése es el problema tanto para mí como para los demás. También, hay una pobre y perezosa persona dentro de mí. Me gustaría ir a casa, dormir, comer y no hacer nada. Me encantaría que eso fuera verdad, pero no es posible. Entonces, todos los días tengo que batallar contra esa persona que hay en mí. Por ejemplo, no quiero hacer ejercicio, no tengo ganas, pero tengo que hacerlo. Mi país es la nación con los hombres más gordos del mundo. Y ellos quieren que les pague su salud, pero en vez de hacer esto, ¿por qué no van al gimnasio y dejan de comer hamburguesas en Mc Donald’s?


¿Cuál es el principal negocio de su empresa Rich Dad Company?


Los libros son un pequeño porcentaje del negocio. Hacemos millones de dólares con las licencias y eso significa que vendo el derecho a utilizar mi marca. En los EE.UU. por ejemplo, tenemos seminarios de “Rich Dad” y una división de franquicias y de inversiones, todos bajo la misma marca. Es decir que la licenciamos y ése es el gran negocio.


Hace un año dijo que quería convertirse en un millonario como Donald Trump y uno de sus planes era hacer el IPO de su empresa. ¿En qué quedó eso?


Hay muchas razones para hacer una IPO, porque es una estrategia de salida para los inversores. Es una posibilidad, pero yo voy a tener 1.000 millones de dólares, con o sin ella. Los IPO son atractivos para los otros niveles, pero hay muchos caminos. Fíjese Me Donald’s, por ejemplo: son inmobiliarias, son franquicias y una compañía pública también. Eso me lleva a los tres puntos para hacer buenos negocios, que eran los socios, la estructura financiera y la gestión. Los IPO son una estrategia financiera que significa que vamos a la Bolsa para conseguir capital, pero también puedo utilizar el mercado de deuda. No tengo la educación para llevarlo a cabo, pero si sé quién la tiene.


¿Usted es el manager de su empresa?


No soy el manager de nada. No soy bueno en la parte del manejo inmobiliario ni en la parte de pozos petroleros ni en la parte editorial, entonces, no lo hago.


¿Qué rutina o método implementa para escribir sus libros?


Es una larga historia para una pregunta corta. Cuando escribí el primero, las editoriales lo rechazaron. Entonces me convertí en un best-seller con la autogestión, es decir, lo edité yo mismo. Las editoriales me dijeron algo muy importante: usted tiene un best-seller. Cuando ellos dicen lo que ya sé, entonces no están diciendo nada. Usted quiere explicarme lo que sabe. Entonces dije “OK” y salió “Padre Rico”. No sabía que servía, lo único que tenía en claro era que tenía dos padres y lo que me había enseñado cada uno. Siempre estoy escribiendo un libro. Me doy cuenta de que el próximo está a punto de empezar porque el que estoy escribiendo está a punto de salir. Es una secuencia y por eso el siguiente está en mi cabeza. En este momento estoy trabajando en lo que es liderazgo de emprendedores porque la mayoría no tiene éxito pues carece de disciplina. En la Argentina, las personas son muy apasionadas pero en lo posible hay que agregarle la disciplina. Si no, no va a tener éxito. En mi caso, no tengo disciplina, no estudio ni escribo bien. Soy muy perezoso y por eso fui al Ejército porque quería aprender cómo era la disciplina que te hace exitoso el cerebro. Algunos piensan que se hace dinero para gastarlo o para darlo, pero hay que tener disciplina para estudiar, para escribir un libro. En mi caso, todavía no la tengo pero sé cuándo obtenerla.


FUENTE: Escuela para Ricos

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