sábado, 7 de enero de 2012

Los Finales… son Principios


Balance 2011


Por Rita Tonelli


Había una vez, en un pueblo, dos hombres que se llamaban Joaquín González.


Uno era sacerdote, el otro era taxista. Quiso el destino que los dos murieran el mismo día.


Entonces, llegan al cielo, donde los espera San Pedro.


- ¿Tu nombre? – pregunta San Pedro al primero.

- Joaquín González.

- ¿El sacerdote?

- No, no; el taxista.


San Pedro consulta su planilla y dice:


- Bueno, te has ganado el Paraíso. Te corresponden estas túnicas de seda con hilos de oro y esta vara de oro con incrustaciones de rubíes. Puedes pasar.

- Gracias, gracias… – dice el taxista.

Pasan dos personas más, y luego le toca el turno al otro Joaquín, quien había presenciado la entrada de su paisano.

- ¿Tu nombre?

- Joaquín González.

- ¿El sacerdote?

- Sí.

- Muy bien, hijo mío. Te has ganado el Paraíso. Te corresponde esta bata de poliéster y esta vara de plástico.


El sacerdote dice:


-Perdón, no es por presumir, pero… debe haber un error. ¡Yo soy Joaquín González, el sacerdote!

- Sí, hijo mío, te has ganado el Paraíso, te corresponde la bata de…

- ¡No, no puede ser! Yo conozco al otro señor, era un taxista, vivía en mí pueblo, ¡era un desastre como taxista! Se subía a las aceras, chocaba todos los días, una vez se estrelló contra una casa, conducía muy mal, tiraba los postes de alumbrado, se llevaba todo por delante. ¡Y yo me pasé cincuenta años de mi vida predicando todos los domingos en la parroquia! ¿Cómo puede ser que a él le toque una túnica con hilos de oro y vara de platino y a mí esto?¡Debe haber un error!

- No, no es ningún error – dice San Pedro.

Lo que pasa es que aquí en el cielo ha llegado la globalización con sus nuevos enfoques administrativos.

- Nosotros ya no hacemos las evaluaciones como antes.

- ¿Cómo? No entiendo…

- Claro, ahora nos manejamos por objetivos y resultados. Te voy a explicar tu caso y lo entenderás enseguida.

- Durante los últimos cincuenta años, cada vez que tú predicabas, la gente se dormía; pero cada vez que el taxista conducía, la gente rezaba y se acordaba de Dios.

Entonces, ¿quién vendía más nuestros servicios?

Nos interesan los resultados, hijo mío. ¡Re – sul – ta – dos!


El mundo exige resultados; no les cuentes a otros tus dolores de parto. Muéstrales al niño. Indhira Gandhi


Si bien, creo en el tiempo (con sus días, semanas y meses) como algo intangible al que el hombre dividió así por una cuestión práctica, es innegable que hay determinadas fechas que nos motivan a la realización de cosas que en otras, no sentimos necesidad de hacer. Considero una ocasión excelente (hay otras, por ejemplo, cuando cumplís años, y particularmente cuando ellos terminan en 0), ésta de estar finalizando un año, para evaluar nuestros resultados. Los resultados son los logros que hemos obtenido con nuestras acciones, a veces, hasta inesperados, es decir, sin que parezcan provenir de ellas (aunque siempre provienen, y no nos demos cuenta), y también es poderoso contabilizar, los que no hemos obtenido. Esto pertenece al contexto de la ejecución de otras acciones, las más importantes para nuestras vidas, cuando elegimos hacer un balance (sea que esté terminando un año, o no).


Te las dejo aquí porque creo que pueden servirte para que hagas un ejercicio con vos mismo, tranquilo, y con el tiempo necesario para darte la importancia que tenés en tu propia vida.


1) Reconocete. ¿Que lograste? ¿Qué metas de las que te propusiste, alcanzaste? ¿Cuales no, pero tenés presente el esfuerzo y trabajo que hiciste para alcanzarlas? ¿Cuántos puntos sumaste a tu transformación? ¿Cómo ha crecido tu poder personal?

2) Enfocate. ¿Qué querías hacer específicamente, acción por acción? ¿Cómo evaluas tu desarrollo? ¿Te distrajiste? ¿Hubo imprevistos que no calculaste cuando te planteaste tus metas?

Enfocate en la excelencia (hacer lo mejor que puedas, siempre) y no en la perfección porque ésta última se apoya en lo que falta y no en lo que hay, como lo hace la excelencia que trabaja con todos nuestros recursos.

3) Apasionate. Por lo que elegiste para vos, por lo que seguís eligiendo o querés cambiar, por tu mejora continua.

4) Tocá el suelo. Compará resultados. Sé objetivo. Tomá los errores como espacios de aprendizaje.

5) Agradecé. Todo. Que estás vivo. Que tenés posibilidades. Que tenés familia. Que tenés amigos. Que tenés luz. Que tenés cielo. Todo. Todo. Todo.

5) Comenzá de nuevo. Con un plan, con metas claras, con visión, buscando y desarrollando tu misión, pensando en ajustes que podrías tener que realizar.

6) Soñá. ¡Sí, soñá! Y despertá para realizar tus sueños.


Tus sueños te dan una razón para despertar cada mañana, y para vivir una vida que la mayoría de la gente apenas ilusiona.


La vida es cíclica porque vos le pondrás lo que tengas en tu corazón, en conexión con tu mente poderosa. Alegrías, tristezas, ascensos, caídas, avances, retrocesos, éxitos, fracasos. ¡Vos le das la interpretación que elijas!


No importa lo que sucede sino qué hacemos con lo que sucede.


Mi trabajo como Coach se enfoca en hacer crecer el Ser Grande de mis Coachees, en hacerles reconocerse por aprovechar sus talentos, en conectarse con sus emociones para apasionarse, en hacer, hacer, hacer sin compararse con los demás sino con sus propios avances, sin responder a expectativas externas de lo que “deberían” hacer porque sólo “debemos” hacer lo que nos hace felices, sin dañar a los demás.


¿Querés construir tu propia vida de resultados o vivir la vida que los demás dicen que tenés que vivir?


Si querés vivir tu vida, te invito a preguntarte:




  • ¿Qué querés para tu 2012?




  • ¿Adonde querés llegar?




  • ¿Cuales de tus dones vas a poner a trabajar?




  • ¿Que es lo más importante para vos, a conseguir en este próximo año?




  • ¿Cuáles son tus fortalezas?




  • ¿Cuanto las vas a hacer crecer y potenciarse?




  • ¿Cuáles son tus debilidades?




  • ¿Cómo las vas a desarticular y a transformarlas en fortalezas?




Escribí tus respuestas. Hay algo “mágico” en escribir cosas tan importantes. Tu compromiso se hace más fuerte.


Y sobre todo: Sostené en el transcurso del año tus propósitos. A veces, somos excelentes en planear pero fallamos en persistir.


Te desafío a tener un muy buen año, quiero que te desafíes a vos mismo respecto de esto.


En contrapartida, te ofrezco mi asistencia y ayuda para facilitar tus procesos, en lo que sea que te puedas paralizar.


Permite que suceda, haciendo que suceda. ¡Comienza ya! David Allen.


Sea cual sea el plato de la balanza que se incline más como resultado de tu balance, vos podés equilibrarlos haciendo de tus fracasos y errores espacios de aprendizaje poderosos.


Hoy… más que nunca… ¡Podés contar conmigo!


Hoy…más que nunca… TENGO EL PLACER DE COMPARTIR.


Vía: http://www.ritatonellicoach.com.ar

No hay comentarios.:

Publicar un comentario